Hola queridos lectores.
Hoy quiero contarles algo que me paso en el camión de regreso a mí casa; después de un largo día de trabajo y escuela (sí, porque aunque ustedes no lo crean, sí estudio [bueno a veces]), me encontré con una situación tan maravillosa que se me salían las lagrimas de la emoción.
Estaba pensando en la longevidad de las musarañas, cuando, en una parada, subieron unos chavos (jóvenes) que para mí pasaron desapercibidos, pues no me gusta observar a la gente (no sé si lo han notado, pero es incomodo que te observen mientras vas con tus amigos en el camión). Estaba escuchando mí música, totalmente ensimismada. Un movimiento de manos llama mí atención y volteo para ver que es eso que se mueve; mí sorpresa fue grande, pues eran esos chavos los que movían las manos, con una naturalidad y soltura, con una esa fluidez que sólo he visto en los que tocan el piano.
Mis ojos estaban maravillados con lo que veían: era la conversación más espontanea, divertida y entretenida que jamás presencie en mí vida (pero claro que sólo puedo suponer que era una conversación). En mí cabeza se estaba grabando cada risa, cada movimiento, cada gesto de estas personas. Pero no era por las palabras por lo que estaba maravillada, sino más bien por la ausencia de estas. Sí, ellos no hablaban, no se dirigían una sola palabra, lo único que hacían era observarse y hacer movimientos fluidos con las manos, se expresaban con tanta naturalidad. Me admire de lo felices que se veían, a pesar de que muchas de las personas a su alrededor, al igual que yo, se le quedaban viendo; la diferencia entre mi mirada y la de las otras personas radicaba en que ellos los veían como fenómenos, insignificantes... por el simple hecho de no poder expresar lo que sienten en palabras; palabras que nosotros, "los hablantes", malgastamos en criticar, herir, romper, envenenar.
Ellos me dieron la oportunidad (sin querer claro) de ser un espectador por un minuto de ese mundo maravilloso en el que viven, me mostraron un mundo nuevo lleno de alegría, naturalidad, un mundo donde se conoce hasta el ultimo gesto de las personas.
Definitivamente me gusto poder ver esa hermosa demostración de señas...